sábado, 7 de noviembre de 2015

Hope / Hopeless

  La esperanza es algo mínimo o enorme, depende, pero escasa o derrochada es de las cosas que más débil hacen a una persona. Sí, me dirán, da fuerza. Da fuerza cuando más que esperanza es algo probable en un futuro, el problema es que esto no es un cuento o una película, los deseos no se cumplen con pensarlo y decir tengo fe en ello. En este mundo la gran mayoría de veces es pisoteada y destruida, en muchas ocasiones una y otra vez ya que el ser humano es tan tonto de soplar a las cenizas esperando que surja una llama de la nada.
  Lo que queda tras una esperanza rota es peligroso, la decepción es algo muy fuerte, puede llegar a sumir a uno un dolor peor que la mordedura de cualquier serpiente. Todos conocemos lo que es la desilusión, esa opresión en el pecho que ahoga y te saca la gilipollez en lágrimas o rabia o ambas juntas creando y aumentando la desconfianza.
  Tendemos a imaginar y esperar lo que queremos que sucediera aunque esto se salga obviamente de las probabilidades y al empezar a resquebrajarse esa ilusión nos resquebraja por dentro al mismo son. Pero el ser humano es tan idiota que no le basta que se resquebraje, mantiene y crea esperanzas hasta que la ilusión se rompa del todo. Es cuando empieza a romperse que se compensa con un sentimiento de rencor hacia el simple hecho de haber tenido esa esperanza.
  Qué a menudo confundimos la ilusión del corazón con lo racional,
¿verdad?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario