sábado, 17 de enero de 2015

Caress...

En un sin fin de dormires y despertares las ansias iguales de cada día de sentir el roce de una piel ajena, ajena a mi control, ajena a mi entendimiento, ajena, para mí, en todo, salvo el cosquilleo producido a su pasar por mi rostro, cuello, espalda... Cálida por la noche, fría por la mañana, desprendiendo en cada movimiento las sensaciones acumuladas del día, y piel preparada para recolectar un nuevo dia.
Un nuevo amanecer en un nuevo día de pareceres, reales y falsos.
Me duermo hoy con la arcaica necesidad insatisfecha de todo aquello, igualmente que mañana despertaré buscando esa piel lejana e inexistente. Sin la calidez y frescura, sin su pesadez y ligereza, ni cosquilleos ni escalofríos. Sin nada más que lo que no es ajeno a mi control, entendimiento y sentimiento.
Lo único que me rendirá tacto esta noche serán mis arcaicas sábanas.
Sin luz y sin tintero. Falta de inspiración salvo por aquello que me falta.
Esperando sumergirme en un sueño de aventuras, como el pirata de Espronceda, me quedo igual que al principio, ansiando las caricias en mis despertares y dormires sin fin.